En un mercado competitivo de talentos externos, el aprendizaje es vital para la capacidad de una organización de obtener las habilidades necesarias. Pero para lograr el objetivo del aprendizaje permanente, debe integrarse no solo en el flujo de trabajo sino también en el flujo de la vida.
El aprendizaje es el desafío que más destaca entre las tendencias de capital humano de 2019. Según se desprende el informe, “la oportunidad de aprender” es la razón más importante a la hora de escoger un trabajo.
Por su parte, los líderes de negocio saben que los cambios tecnológicos, el aumento de la longevidad laboral, y los nuevos modelos de negocio han generado una gran demanda de desarrollo continuo por parte de los empleados a lo largo de su vida laboral. Las organizaciones líderes están dando pasos para fomentar dicho aprendizaje de manera más individual, extendiendo la propiedad del mismo más allá del área de recursos humanos y facilitando compaginarlo con el trabajo.
La integración del desarrollo formativo y del trabajo ha dado lugar al fenómeno “devwork”, basado en construir la consciencia de que el aprendizaje y el empleo deben ser dos aspectos interconectados. Para ayudar a crear un ambiente “devwork”, los líderes de negocio y de RRHH tendrán que, por un lado, buscar fórmulas de integración en tiempo real entre la gestión del aprendizaje y del conocimiento con la rutina de trabajo; y, por otro lado, hacer el aprendizaje más personalizado, adaptado a los tiempos y hábitos de cada persona, aprovechando las oportunidades tecnológicas.